Ya es oficial. Mis compañeros de piso se han ido de vacaciones. El andaluz no tengo ni idea de cuando va a volver, pues va por libre por la vida. Por su parte Julián se ha marchado hasta el 10 de Agosto.
Se marcho ayer por la tarde y ya le estoy echando de menos. No le extraño por si mismo, sino porque su gata es una pesada. Dejarme al cuidado de su cachorra parece el pago por permitirme usar su ordenador. Esto es un castigo. La gata está todo el día encima mío. No es que pese demasiado, pero está me limita el movimiento y da mucho calor. Se viene conmigo a la cama y se me tumba sobre el cuello con lo que implica. me palsta el pelo y me doy tirones al darme la vuelta. me ronronea en el oído y así no me duermo, me pone el culo en la cara, así que intento echarla.. pero vuelve, una y otra vez.
Creo que tiene nueve meses. Es muy sigilosa, negra marrón y blanca. No se ni de que raza es, pero me gusta. Me hace mucha gracia cuando se espanzurra en medio de cualquier lugar sin razón aparente y se revuelca. Lo malo es que a veces lo hace justo por donde vas a pasar, con el riesgo de pisarla o darle una patada.
Lo dicho, estaría encantada con la gata si no fuera por lo dependiente que es en ocasiones y su exceso de afecto hacia mi.
domingo, 27 de julio de 2008
La mascota de Julián
Trata sobre: gato, mascota, vacaciones, verano
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario