lunes, 19 de noviembre de 2012

El fin

Querido diario. Hace mucho que mi bolígrafo no garabatea mis memoria y vivencias en tus páginas. Es mi culpa, ya no tengo ganas de plasmar esbozos de mi vida cotidiana en tus páginas. Soy otra persona distinta a la que empezó a escribir este diario. He vuelto a recorrer todas las páginas y no me identifico con ellas. Cuando todo esto comenzó la vida no era más que una sucesión de travesuras, fiestas y juergas. Era una niña mimada pero rebelde, en cierto modo malcriada que no se conformaba con un no como respuesta y que si no tenía más remedio pataleaba hasta conseguir lo que quería. Ahora soy una mujer de negocios. Dirijo una pequeña imprenta que acepta trabajos pequeños y algunos no tan pequeños. He conseguido salvar esa pequeña imprenta de la ruina, pagando su deuda de mi bolsillo y pagando a todos los trabajadores el sueldo que su patrón les adeudaba. He conseguido que el negocio sea rentable de por si, aunque no me daría para vivir porque la verdad es que apenas gano dinero con él, pero si que da de comer a cinco familias, las cuatro de los trabajadores que estaban en plantilla y la de un quinto que había sido despedido poco antes de mi llegada allí. De hecho el negocio ya era rentable antes de mi llegada, si no fuera porque el propietario escamoteaba dinero para no tener que pagar Seguridad Social y quedárselo él. No es una gran empresa, pero es la mía. No la he levantado desde cero, eso lo hicieron en su momento otras personas. Los trabajadores que estaban trabajando durante mi llegada son muy capaces y conocen el oficio mejor que yo. Sólo necesitaban que alguien trajera nuevos trabajos y eso es lo que he aportado, algunos clientes importantes que nos dieran el voto de confianza, y un poco de dinero para salir del bache en el que el gestor anterior les había metido, nada más. Por otra parte mi vida familiar se ha vuelto turbulenta, mi padre, el gran hombre de negocios se ha visto envuelto en asuntos turbios. Milagrosamente su nombre no ha salido en la prensa, pero hay personas a quienes conozco desde niña como amigos de la familia o colegas de negocios de padre cuyo nombre si ha sido mencionado en algunos medios, y algunos que no han salido mencionados en la prensa si han salido mencionados en los juzgados. Al final todo esto será público. A fin de cuentas no hay tantos peces gordos en el mundo de los negocios y casi todos se conocen. Los nombres suenan, y al final de tanto oírse en los pasillos terminan escuchándose en los juzgados. Este tipo de asuntos ha hecho que mi padre no se deje ver en público en ningún tipo de actos, excepto comer en algún restaurante cercano a su despacho con algún subordinado, pero no con hombres de negocios. No acude a ningún tipo de acto, ni siquiera a mi boda. Si, como habéis leído en la frase anterior me he casado. Mi padre no acudió al enlace, que por otra parte decidí celebrar en privado y por lo civil. Sólo algunos familiares directos y amigos cercanos (incluso aunque esos amigos cercanos vivan en otro país). Una de las últimas discusiones con mi padre fue acerca de que la boda se hiciera por lo civil. Es mi boda y yo decido como casarme, que sea castellana no quiere decir que tenga que ser católica. El afortunado es Rubén, como no podía ser de otra manera. Con respecto a él encontró trabajo en un laboratorio de simulación geofísica, pero a los dos meses cerraron el laboratorio por los recortes. Por lo visto investigar acerca de terremotos no es importante y por lo visto no hace falta un físico en ninguna parte, ni siquiera para dar clases, a ningún nivel, ni para medir campos magnéticos de nada, ni certificar ninguna instalación de nada, ni para reponer en el Carrefour, por lo que es difícil que alcance la felicidad plena, pues ha estudiado una carrera que no sirve para absolutamente nada y cuando parecía que iba a servir de algo le dejan sin esperanza. Aún así es bastante feliz, obviando ese aspecto, por supuesto. Hemos viajado juntos a trentaycuatro países y de momento nos vamos a quedar a vivir una temporada en Berlín, porque nos ha gustado mucho la ciudad. Puede que esta sea la último bosquejo que dejo en este diario. No sé si es un adios o un hasta luego.

2 comentarios:

Anna dijo...

Wow!! Felicidades por la boda, por el negocio y por haber cambiado, a mejor sin duda ;) Espero que sea un hasta luego y no un adios.

Anónimo dijo...

Muchisimas felicidades!!! Espero que solo sea un hasta luego...Feliz año!

Susi