lunes, 2 de junio de 2008

Una tarde de biblioteca subida de tono

El jueves por la tarde volví a a biblioteca a estudiar. La verdad es que no necesito estudiar demasiado, solo mantener la calma y no dormirme en los laureles. Fui a la biblioteca porque mi compañero de piso, el se Sevilla, está toda la tarde allí y no le soporto mucho. El otro compañero esta semana trabaja de tarde así que tampoco le veo apenas.

Me gusta la biblioteca porque está cerca de casa, aunque estos días está muy llena. Como el jueves no llovía y hacía sol decidí llevar ropa de verano, aunque también llevé el impermeable por si acaso.

En la mesa de enfrente había sentado un chico moreno que no para ba de levantar la vista de sus apuntes fijando su vista en mi dirección. Realmente no se si me miraba a mi o si solo le interesaba mi escote. Estaba claro que era algo mío lo que le interesaba, puesto que detrás de mi solo había pared. También comentó algo entre susurros con su compañero de al lado.

El viernes también estaban allí. Me senté en el mismo sitio. También me miraba de reojo, unas veces con más disimulo que otro. Ya que era el centro de atención decidí actuar como tal. Si me había puesto la blusa naranja era por dos motivos. El primero es que fresca, ya que debajo del impermeable sudo un montón y además lso ratos que sale el sor hace mucho calor. EL segundo motivo es lucir canalillo. Para que nos vamos a engañar. Estoy muy contenta con los pechos que em ha dado Dios y que me he esforzado en conservar. Nunca estarán mejor, así que mejor lucirlos ahora que están turgentes que luego cuando estén caídos y pellejos.

Quería saber si realmente me prestaba tanta atención como el día anterior, así que decidí salir de la zona de estudio para ir a coger tomar aire, y de paso observar si me seguían con la mirada o algo. Y si, me seguían con la mirada. De hecho el chico de ayer creo que comentó con su compañero algo de mi culo, aunque me resistí a observar y fingí que no prestaba atención.

Volví con una chocolatina de la máquina de vending y volví al estudio. De vez en cuando los chicos me miraban. AL cabo de un rato una chica que estaban sentada delante de mi en mi mesa se levantó y se marchó. Lógico, es viernes y no todo en la vida es estudiar.

Ni corto ni perezoso el chico que me miraba más lascivamente se levantó de su sitio y se sentó en el que había quedado libre, justo delante de mi. Al principio le ignoré un buen rato. Cambié de asignatura y me puse a leer el cuaderno de alemán.

La verdad es que no me molestan especialmente esta clase de acosadores. Se que les puedo manejar más o menos como quiera. Apoyé el codo izquierda en la mesa mientras pasaba páginas con la mano derecha y entre tanto me tocaba el pelo. Tras pasar tres páginas comencé a acariciar mis labios con la lengua. El muchacho, que debía ser de mi edad o un poco más mayor se estaba volviendo loco. Al cabo de unos minutos me levanté. Fuí al baño un momento. Antes d salir del servicio escuche a dos personas hablando. Eran el chico, que no estaba estudiando nada precisamente y su amigo que o se creía lo que le estaba contando. Esperé para escuchar que contaban antes de salir del baño, pero se iban a dar cuenta de mi presencia, así que caminé como si nada de vuelta a la sala de estudio.

Continuaron hablando mientras caminaba por delante de ellos mientras me seguían con la mirada. No se si pensaban que no entendía nada de castellano porque no se cortaba el menda a la hora de decirle a su amigo que pensaba que me había masturbado en la sala de estudio. Lo cierto es que el que se moría de ganas de masturbarse era él.

Entré de nuevo en la sala de lectura y ellos entraron al instante.