viernes, 26 de diciembre de 2008

La cena del Siglo

Ahí estaba yo, en un autobús camino a Valladolid, con el único motivo de acudir a una de esas reuniones sociales a las que nadie desea acudir pero que es ineludible.

El acto en cuestión es lo que yo llamo la Cena del Siglo. Toda la familia se reune en el salón comedor. Muchos intentan demostrar que la rama de la familia a la que representan es la más prospera, solo que la competición va mucho más allá de lo que se ve.

Ya desde el primer momento la llegada tiene que ser espectacular. Da igual que llueva, que haya nieve o que el tren sea más cómodo, hay que ir en el coche y no solo tiene que ser mejor sino que debe parecerlo y estar impecable. Tiene que haber regalos para todos, para quedar bien y además hay que traer comida para la "megacena", y tiene que ser de lo mejor. Aunque luego siempre sobra un montón.

Cuando ya no quedan argumentos se pasa a la ofensiva directa. Eligen a un miembro de la familia a quien despellejar y van a por él. ¿A quién pensáis que eligieron este año? Pues si habéis pensado en mí habéis adivinado. Bueno, en realidad no es tan a saco desde el comienzo. Es como el tercer grado que va creciendo en fuerza e intensidad.

¿Dónde está tu novio? ¿Por qué no le has invitado? ¿Por qué lo habeis dejado? ¿Qué tal los estudios? ¿No es una chorrada una carrera de hablar idiomas?¿Entonces, estarás trabajando ya?

Y claro, explicarlo todo es largo y además no es tan sencillo de explicar. Después de repetir varias veces que no tengo novio, que no es obligatorio tener novio, que el hecho de haberlo tenido y haberlo dejado no es un crimen capital por muy extraño que a ellos les parezca, que aunque fuera en serio con él no le traería a semejante espectáculo, que traducción e interpretación es una carrera de verdad y que ninguno de ellos a diferencia de mí se apaña en cinco idiomas y menos aún antes de cumplir los veinticinco años, que si, que estoy trabajando de secretaria en una oficina contratada a través de una empresa de trabajo temporal para una sustitución por vacaciones y que se me acabará inminentemente, que ahora mismo no hay ningún chico más en mi vida y que no sé si lo habrá pronto.

Estas cavilaciones me había hecho yo por si la victima propiciatoria de este año era yo y al final nada. Y cuando digo nada es nada. Completa indiferencia por parte de mis primos y de mi tía, claro, que por otro lado no me extraña, porque una familiar me beneficio proporcionalmente más que a sus nietos directos.

No es mi culpa si la tia de mi padre decidiera que prefería dejarme a mi la casa en la que vivía además de algún dinero en lugar de dejarles esa casa a sus sobrinos directos o a sus nietos que ahora viven allí. Supongo que el ir a visitarle una o dos veces al mes desde Madrid cuando podía tiene que ver, aunque puede que esté relacionado con ser la única chica de entre sus posibles herederos. Desconozco si cambió el testamento a última hora para incluirme, no sabía ni que estaba incluída hasta hace poco y no les he reclamado nada de lo que me ha dejado, es más, he arreglado lo de la casa para cedérsela y no tener que pagar ningún impuesto por ella.

Por lo demás la cena como siempre. Sobró comida en grandes cantidades, Mi padre discutió con el tío por ver quien había traído la mejor comida, mucha prepotencia y comportamiento infantil en el único día del año en el que se junta toda la familia. Creo que por eso la llamo la Cena del Siglo, porque no voy a acudir a ninguna más este siglo.

Alguno de vosotros hace grandes cenas de navidad de esas estilo "tierra tragamé".

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja bonita situación la tuya xD. No tan extrema en mi caso, pero sí con muchas similitudes.

Desde que murió mi abuelo que ya no se hacen cenas de navidad de este calibre, pero aún me acuerdo de los acontecimientos de siempre.

Las típicas preguntas sobre "la novia", siempre caían ... pero intentaba esquivarlas con humor chungo, o desviaba la atención hacia una de mis primas que en cada cena iba con uno diferente xD (y eso quieran o no, les chinchaba a muchos).

Tema herencia, bien y mal a partes iguales. A ver cómo lo manejas, que no parece fácil.