Conciencia tranquila

Las últimas dos semanas han sido bastante ajetreadas.

He estado ausente por motivos laborales viajando por varios sitios de Europa debido a un nuevo proyecto que de momento es alto secreto. Por ese motivo no he tenido tiempo ni ganas de escribir nada por aquí. he llegado ayer a media mañana, aunque estaba al tanto de los acontecimientos en España con las distintas acampadas y la multitudinaria concentración en la Puerta de Sol de Madrid.

Entiendo plenamente las peticiones de quienes están ahí concentrados desde hace muchos días y considero que son legítimas. En ocasiones me siento inmensamente afortunada de mi situación, y corriendo los tiempos que corren no es para menos. No se trata sólo de que tengo un hogar, ahorros suficientes para vivir si mantengo un estilo de vida modesto sino que además tengo un trabajo que me permite no gastar nada de esos ahorros.

Por otra parte existen personas que no tienen nada ahorrado o que ya se les ha gastado lo que tenían, porque no encuentran un trabajo. Además se junta la circunstancia de que las viviendas son demasiado caras, tanto en las modalidades de alquiler como de compra y de que los sueldos suben menos que el coste de la vida salvo en ciertas excepciones que me incluyen. No me siento responsable de la situación, pero debo reconocer que he puesto mi granito de arena para que esta situación llegue al punto en el que se encuentra actualmente.

Quiero decir, todos aquellos que hemos comprado una vivienda porque podíamos  hacerlo a pesar de sus precios les hemos dado alas a aquellos que las venden para que no bajaran los precios exagerados. Personas como mi progenitor, ese que no me habla, anteponen los márgenes de beneficios a la sostenibilidad de sus empresas. Prefieren explotar la gallina de los huevos de oro y ganar todo lo posible. Cuando la gallina muere entonces invierten en la yegua de los potros de oro. Si es más viable económicamente despedir trabajadores lo hace, aunque pueda hacer una pequeña inversión en publicidad que tenga como consecuencia un aumento de la demanda y que esos trabajadores sigan siendo muy necesarios. "Para maximizar los beneficios hay que soltar lastres". Supongo que ese es el motivo por el que aunque me han ofrecido muchas oportunidades de negocios he rechazado todas aquellas en las que implica contratar gente que no sé cuanto tiempo voy a  tener en plantilla. Porque no quiero tener ningún subordinado y verme en el dilema de que lo más rentable es despedir a nadie. Si que he contratado a personas para tareas puntuales y seguiré haciéndolo cuando lo necesite, pero desde luego no quiero crear empleo con apariencia de estable que sea en realidad precario como hace mi padre.

En otro ámbito de cosas puedo decir que he votado con la conciencia tranquila y que mi voto va destinado a aquellos que tienen un programa interesante para el municipio y con respecto a las autonómicas he votado a aquellos que considero que se esforzarán más en que la comunidad sea sostenible y humana.

Puede que este sea el comienzo de algo.