miércoles, 1 de febrero de 2012

No pienso avergonzarme por ser rica

Recientemente he sido testigo de algunas situaciones muy desagradables. Parece ser que en este país si tienes un trabajo eres el enemigo a abatir, el cerdo traidor que ha cometido un acto horrible de traición, un sucio desertor que se ha vendido al cambio de un salario que le regalan. Es cierto que la situación laboral es muy complicada, pero cuando alguien se queda de que le han empeñados sus condiciones no es necesario que os tienes a su yugular. Los profesores tienen que hacer más horas, el personal sanitario también tiene que trabajar más horas, muchos funcionarios tienen que trabajar más horas... y todo eso se ha decidido de forma unilateral, sin ofrecerles nada a cambio. Esto no debería ser así. Mi novio no debería trabajar en una consultora, en la que no se cumple el convenio, pero es así en todas y no hay más alternativa. "Esto es lo que hay", "Si no te gusta ya sabes donde está la puerta", "es esto o la cola del paro"... son cosas que oye a diario. Todo porque han renovado con el cliente, una gran multinacional, por la mitad del precio. Así que no creo que deba avergonzarme por ser rica, o por tener trabajo. Los dos primeros millones se estos sí que me los regalaron, bueno, en realidad fueron una herencia porque mi familia es rica. Con respecto a los otros seis restantes uno es beneficio de mi trabajo y los otros cinco son producto de la especulación. Y lo digo sin pelos en la lengua. ¿Por qué? Porque si pudieras hubieras hecho lo mismo y lo sabéis. Cansada he estado de ver como la gente intentaba vender su piso viejo para comprarse uno nuevo y además intenta ganar dinero en la misma operación. Ahora os fastidiais. Simple y claro. Mo haber ido a votar en masa a quien ha permitido que los ricos paguen menos impuestos y puedan ser cada vez más ricos porque pueden especular sin apenas control. Además, ya nací en una familia rica. Avergonzarse de eso es como avergonzarse de ser blanco o negro por haber nacido en una familia blanca o negra. De mientras que se avergüenzan otros que desean el mal a aquellos que todavía tienen algo. Es como si en un edificio han violado a todas las mujeres excepto a una y las demás víctimas en lugar de aceptar la ayuda de la única que no lo ha sido y que ni le va ni le viene porque parece que el violador ha dejado de actuar exigen que ella también sea violada porque es lo justo. Pensadlo.

2 comentarios:

Sergio dijo...

Yo también he notado una especie de psicosis por parte de gente que está en paro hacia mi persona. El hecho de que la situación económica y laboral sea desfavorable no creo que deba dar motivo a perjudicar los derechos laborales de los que mantenemos nuestro puesto de trabajo. Si mi empresa me da la oportunidad de hacer horas extras y a mí me va bien hacerlas por qué no voy a poder? Es un derecho laboral. Tengo derecho de quejarme de mi sueldo, el que mucha gente no tenga trabajo no es motivo para que de gracias a Dios por el honor de trabajar cuarenta horas semanales. Por qué para trabajar esas cuarenta horas, tengo mis estudios, tengo mi vocación, tengo mi dedicación... Tú metáfora es muy cierta.

Anna dijo...

Oye, que ya va tocando dar señales de vida no? ;)