jueves, 2 de enero de 2014

Nochevieja en Suiza

Querido diario:


Por fin estoy en casa. Los últimos días han sido una locura con tanto viaje. Primero a pasar la nochebuena con la familia de Rubén, después con la mía, que fue desastroso, y para culminar un viaje a Suiza para celebrar con amigos la entrada del nuevo año 2014.

Cuando dejé a mi marido con Heidi para irme a hacer la compra con Hans mientras ellos cocinaban creo que lo consideró una encerrona. Aunque ya se conocían pensé que la situación podía ser muy incómoda para ambos pero cuando regresamos del supermercado les encontramos muy animados intentando charlar. El alemán de Rubén todavía es terrible, cosa que es comprensible, porque practica poco y por otra parte Heidi utiliza una jerga muy suiza, pero más o menos se estaban entendiendo, cosa que me alegró bastante, y creo que a él también. Si siente el mismo regocijo que sentí yo cuando empecé a ser capaz de hacerme entender sobre temas abstractos, en los que no puedes señalar con el dedo o hacer gestos evidentes para que te entiendan se debió sentir muy feliz.

La fiesta de Martin estuvo bien. Nos invitó a cenar una extraña mezcla de comida suiza y coreana que a decir verdad estuvo bastante bien. Nos contó que había terminado sus investigaciones, pero no deseaba dejar Suiza después de llevar viviendo allí desde los catorce años y menos ahora que su mujer y el esperan una hija, así que está buscando trabajo.

Después de eso pasamos la nochevieja en la orilla del lago Zürich contemplando los fuegos artificiales.Estos suizos son así, su afición por la pirotecnia es semejante a la de los valencianos. En las fechas señaladas, especialmente el día de la Unión (en Agosto) y en Año Nuevo.,  no tienen ningún reparo en arrojar cohetes para demostrar que es día festivo.

Tras pasar los tres días en Suiza volvimos a casa, a Berlín. Creo que para Rubén ha sido muy pesado tanto viaje, porque al fin y al cabo el  es muy casero y a pesar de no ser hijo único se abruma fácilmente cuando hay mucha gente. Yo soy un poco al contrario. No me siento incómoda ante mucha gente.

Eso es todo por hoy. Pronto más.