sábado, 8 de noviembre de 2014

De doctores y tacaños

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Querido diario:

El gran día que parecía que nunca llegaría siempre termina llegando. El pasado martes por fin Rubén tuvo que defender su tesis. Los días antes había ensayado delante del espejo el como hablar, y delante de mi. Su tutor estaba convencido de que era una tesis buena y que no habría ningún problema.

Y ahí estaba él delante de los doctores, con sus diapositivas presentadas en el proyector listo para hablar de modelos matemáticos que describen el comportamiento de la corteza terrestre cuando el presidente del tribunal les dijo que tenía que presentarla en alemán porque aunque había asegurado los días previos que la podría presentar en inglés había un miembro del tribunal que no se apañaba con el inglés.

Y ahí estaba él, golpeándose contra la barrera de la vergüenza, con lo poco que le gustaba hablar en público, vestido con un traje con el que se siente ridículo y menos en un idioma extranjero que aún está lejos de dominar, aunque afortunadamente se apaña bien con el vocabulario de su área de especialidad.

Le pedí al tutor si me permitía ejercer de intérprete y le pidió permiso al presidente del tribunal. El presidente se enfadó y me dijo que eso no estaba previsto y que la esposa de un doctorando no puede ser intérprete de su marido. En esa me cabreé y que puedo ser intérprete de quien yo desee porque para eso tengo título de Intérprete Jurado de alemán que está firmado por el Ministerio de Asuntos exteriores de España, con acuerdo con el Instituto Goethe y que por tanto él estaba insultando a ambas instituciones y dejando quedar mal a la universidad y a su departamento con una mala planificación impropia de alemanes.

El tutor de Rubén le dijo al presidente que estaba insultando a su alumno y a él mismo como tutor y que para entender un modelo matemático no es cuestión de saber alemán o inglés sino de saber matemáticas, y que estaban allí para hablar de geofísica.

Finalmente Rubén presentó su tesis en inglés y actué como intérprete para el doctor que sólo lee inglés pero que no lo entiende y que no está dispuesto a leer las proyecciones. Con el retraso inicial y las preguntas que le hicieron a Rubén para pillar nos retrasamos una hora y media de más sobre lo previsto. Quedó claro que mi cariñín había hecho un trabajo excelente y que uno de los doctores además de no saber inglés tampoco sabía tantas matemáticas como debería.

El otro  alumno que presentaba su tesis a continuación estaba bastante cabreado porque le tocó empezar dos horas tarde y los doctores tenían prisa porque era tarde y tenían hambre. 

El tutor de Rubén nos ha dicho extraoficialmente que ha obtenido un notable a pesar de todo, que si no se hubieran cabreado el presidente y otro de los doctores hubiera tenido un sobresaliente. Aunque las notas aún no están publicadas.

El viernes nos llamó el director del departamento de geofísica para felicitar a Rubén personalmente por su magnífico trabajo y me felicitó a mi por ser una excelente intérprete. Le dije en un tono distendido al excelentísimo doctor que no se es excelente por tener una tesis summa cum laude y que no es obligatorio ser completamente bilingüe y mucho menos políglota y que algunos doctores dan asco como persona, tanto aquí en aquí en Alemania como en España. Que si se salen de sus tópicos de cabeza cuadrada retrogados  verán que ni los españoles somos una vagos inútiles ni los alemanes están tan bien preparados y que por lo general hablan un inglés de pena. El mundo cambia y los alemanes por lo general se afanan en no querer cambiar nada y que cuando se den cuenta serán un vasallo económico de Francia, Inglaterra o más probablemente Rusia, India o China. También le dije que el reconocimiento no se agradece invitando a comer al recién doctorado, se le agradece con una plaza. Si el trabajo del recién doctorado le gusta y encaja en el departamento se le contrata. 

Nos dejó bien claro que el no es que no quiera contratar a Rubén, que es cosa de presupuestos, de autorizaciones, que en plena época de austeridad es imposible... le dije que muy bien, que si su univerisidad no invertía en capital intelectual, es decir, ayuda a que aflore el talento de los estudiantes pero no es capaz de retenerlo más que con promesas los buenos se irán a otro sitio a investigar y crear y que el día que menos se lo esperase una potencia extranjera invadiría Alemania en una guerra relámpago. Seguramente una empresa multinacional o un conglomerado corporativo como Alemania invadió media Francia en dos semanas, ya que tendrían tecnología que hoy sólo podemos imaginar y que los alumnos actuales ya tienen en la cabeza, desde armas láser de todos los tamaños imaginables a cañones magnéticos que inmovilizan vehículos y flotas o que desintegran soldados.

También le pedí que mirase como está España hoy y si quiere que Alemania camine en la misma dirección. Pareció no gustarle mucho lo que le dije, porque al fin y al cabo normalmente uno no invita a alguien a comer a su casa para que le diga lo que piensa de su país, sus compatriotas y el mismo, pero creí conveniente el decirle que tenía que hacer autocrítica y que alguien que se doctoró hace treinta años en un país que ya no existe y se ha dedicado a temas burocráticos puede estar completamente obsoleto.

El lunes volaremos a Madrid de vuelta. Comienza una nueva etapa en nuestras vidas.

lunes, 20 de octubre de 2014

En Alemania está mi casa, pero no mi hogar

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Querido diario. Te he vuelto a fallar de nuevo. Supongo que es me de un tiempo a esta tarde me ha dado vergüenza contar mis cosas.

Me gusta la vida en Alemania, pero no es mi hogar. Hay muchas cosas que quiero hacer que no están aquí. Por una parte traje a Rubén conmigo a regañadientes. El me ama y me acompañaría al final del mundo. Pero esta no es su casa. Aquí le cuesta hacer amigos, sus relaciones son más bien entre socios. Inconscientemente tiene miedo de crear lazos fuertes con la gente, porque sabe que en algún momento volverá a España, aunque no se parece en nada al país en el que quiere vivir.

A mi me pasa algo parecido, aunque Alemania si que es un poco mi hogar. Al menos fue el hogar de mi familia materna hasta 1943, aunque en la actualidad no tengo parientes aquí. Me adapto fácilmente a cualquier lugar en el que haya unas mínimas comodidades y los seis últimos meses he tenido un estilo de vida prácticamente de hotel debido a mi trabajo, y las obligaciones que tengo para con la empresa de la que soy propietaria en España. Podría administrarla desde aquí, o dejar más cosas aún en manos del administrador, pero ya tiene demasiado poder.

 Ahora mismo nueve familias viven del trabajo que algunos de sus miembros desarrollan en la imprenta. Es decir, de los cinco trabajadores originales que había cuando la rescaté la empresa ha crecido hasta los nueve empleados. La mayoría de los empleados tienen a uno o más miembros de su familia en paro, por lo que el único ingreso que reciben en muchos casos es el salario por su trabajo. Me parece justo presentarme al menos una vez cada dos o tres semanas por allí y hacerle una visita al administrador para asegurarme que todo está en orden y no está llevándose el dinero y arruinando el negocio.


En dos semanas si nada se tuerce Rubén presentará la tesis, y salvo que por sorpresa le ofrezcan una plaza permanente en la universidad, cosa que no va a suceder, volveremos a España. Él echa de menos a su familia, y yo también, (a la suya, no a la mía).

Diario, perdóname por ponerme tan ñoña, pero hoy me siento nostálgica y decidir ponerme a escribir después de diez meses sin hacerlo desde una habitación de hotel en Bruselas no me ayuda en absoluto a sentirme sosegada y contar lo que me ha sucedido, sino el como me siento ahora.

Nunca hubiera pensado que iba a decir que echaba de menos España. No me gusta España. Más allá del clima y algunos inventos gastronómicas España no tiene absolutamente nada que merezca la pena para una española viajera y coleccionista de experiencias. Simplemente al ser mi país me parece poco interesante. La gente y las noticias recientes tampoco ayudan a que me guste más España. Recientemente un sueco me dijo que comprendía que hubiera huido de España. Evidentemente tuve que sacar del error al sueco. Ni soy una fugitiva ni una exiliada. Para un políglota ansioso de experiencias cualquier país en el que domines el idioma es un buen lugar. Al final cuando puedes elegir un país indistintamente a otro el factor determinante cambia en función a las preferencias. Al final que factor es el que te hace elegir un país u otro teniendo posibilidad real de elegir es distinto para cada uno. Algunos se deciden por viajar al país en el que el acento les resulta más fácil de entender, o en el que la gastronomía es más acorde a su preferencia, o donde ve mejores perspectivas económicas. En mi caso me dejé guiar por la nostalgia (y por seguir a un noviete que tenia entonces).

Cuando tenía ventidos años pasé un año sabático en Lausana. Estaba perdidamente enamorada de un imbécil del que pasé nueve meses completamente colgada por él hasta que desperté y me di cuenta de la realidad. Después pasé dos meses en Zurich compartiendo piso con estudiantes, todo con intención de estar más cerca de Hans, mi mejor amigo y antoguo compañero del internado de Friburgo. La  muy ingenua de la Sara del pasado pensaba que podría haber una relación romántica entre los dos. Finalmente decidí que era momento de volar a otro lugar y pasé un mes en Colonia. Ahí me enamoré perdidamente otra vez de un chico aún más imbécil que el que había conocido en Lausana. (Y aún más imbécil que el que me había roto el corazón y detestar mi vida hasta le punto de dejarlo todo e irme fuera con la intención de no volver, que fue lo que en primer lugar me llevó a Lausana.

Estos tres desengaños en trece meses me hicieron madurar, aunque no tanto, hubo otro desengaño posterior, pero aprendí que los suizos y los alemanes pueden ser tan imbéciles como los españoles, con la salvedad de que son por lo general más cabezones.

Ahora siento que no tengo hogar. Lo más parecido que tengo a una familia es la de Rubén. Me siento querida por ellos a pesar del suceso al que me refiero como "el incidente". Su capacidad para perdonarme me hizo replantearme muchas cosas. Sé que en situación contraria yo nunca les hubiera perdonado a ellos y hubiera hecho lo que estuviera en mi mano por hacerles daño. Afortunadamente ellos son como yo, y creo que les quiero. La semana pasada estuvo de visita la hermana de Rubén y casi la siento como algo mío. No me gusta la palabra cuñada. Eso suena a familia política, que no se escoge, sino viene de paquete con la pareja, pero en este caso es distinto. Es como si hubiera elegido relacionarme con ella, porque de hecho durante una conversación entre mi marido y ella en la que yo ni siquiera participaba fui yo quien la invitó a venir.

Desde luego no sé donde está mi hogar pero lo que tengo claro es que estará con Ruben y a ser posible cerca de su familia.

jueves, 2 de enero de 2014

Nochevieja en Suiza

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Querido diario:


Por fin estoy en casa. Los últimos días han sido una locura con tanto viaje. Primero a pasar la nochebuena con la familia de Rubén, después con la mía, que fue desastroso, y para culminar un viaje a Suiza para celebrar con amigos la entrada del nuevo año 2014.

Cuando dejé a mi marido con Heidi para irme a hacer la compra con Hans mientras ellos cocinaban creo que lo consideró una encerrona. Aunque ya se conocían pensé que la situación podía ser muy incómoda para ambos pero cuando regresamos del supermercado les encontramos muy animados intentando charlar. El alemán de Rubén todavía es terrible, cosa que es comprensible, porque practica poco y por otra parte Heidi utiliza una jerga muy suiza, pero más o menos se estaban entendiendo, cosa que me alegró bastante, y creo que a él también. Si siente el mismo regocijo que sentí yo cuando empecé a ser capaz de hacerme entender sobre temas abstractos, en los que no puedes señalar con el dedo o hacer gestos evidentes para que te entiendan se debió sentir muy feliz.

La fiesta de Martin estuvo bien. Nos invitó a cenar una extraña mezcla de comida suiza y coreana que a decir verdad estuvo bastante bien. Nos contó que había terminado sus investigaciones, pero no deseaba dejar Suiza después de llevar viviendo allí desde los catorce años y menos ahora que su mujer y el esperan una hija, así que está buscando trabajo.

Después de eso pasamos la nochevieja en la orilla del lago Zürich contemplando los fuegos artificiales.Estos suizos son así, su afición por la pirotecnia es semejante a la de los valencianos. En las fechas señaladas, especialmente el día de la Unión (en Agosto) y en Año Nuevo.,  no tienen ningún reparo en arrojar cohetes para demostrar que es día festivo.

Tras pasar los tres días en Suiza volvimos a casa, a Berlín. Creo que para Rubén ha sido muy pesado tanto viaje, porque al fin y al cabo el  es muy casero y a pesar de no ser hijo único se abruma fácilmente cuando hay mucha gente. Yo soy un poco al contrario. No me siento incómoda ante mucha gente.

Eso es todo por hoy. Pronto más.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Dos familias distintas

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Querido diario:

Esta semana ha estado llena de contrastes. ¿Está mal sentirse mejor con la familia de tu pareja que con la tuya propia? Mejor cuento como han sido estos días y que cada uno decida lo que considere. No seré parcial, ya que este es mi diario y las cosas las escribo como las veo y las siento, y no puedo tener un punto de vista que no sea el mío.

El día previo a Nochevieja ha sido uno de los mejores días de mi vida reciente. La familia de Rubén es agradabilísima y me lo pasé muy bien con ellos. Incluso su estúpido hermanastro que creo que me odia se portó bien conmigo. El día de Nochevieja fue un poco más tenso. Los preparativos para que la cena fuera perfecta fueron excesivos. Tenían puestas demasiadas expectativas en agradarme, como si no fuera suficiente haber pasado el día previo con ellos. Poder estar a solas con mi suegra mientras hacíamos la compra. Suegra es una palabra que me resulta horrible, pero es un término que la define como algo mío y no algo de mi marido. Por la tarde aproveché para estar un rato a solas con la hermana de Rubén. Cuñada tambíen me ha parecido una palabra fea, prefiero llamarla Raquel.

Para mi estos momentos siempre han sido un poco tensos. Seguramente es debido a que soy hija única. No tengo hermanos y cuando voy a visitar a mis primos, que son un montón, siempre paso situaciones muy tensas. Mi familia es muy estirada, pero siempre se están increpando y lanzando indirectas, restregándose cosas a la cara, y yo al no tener hermanos siempre estoy en minoría.

El día ventaseis fuimos a Valladolid a visitar a la familia de mi madre. El contraste no podía ser peor. Mi prima Isabel, que tiene un año menos que yo se ha emparejado con un chico con el que me lié durante unas fiestas. Prefiero no hablar mucho del tema, pero me lié con todos los de su pandilla, no a la vez, obviamente, pero tenía que sacarlo a la luz. Mis tías me odian, a raíz de lo que sucedió con la herencia de la abuela. Todavía no se pueden creer que ella me favoreciera a mi por encima de ellas o de sus hijas. Y eso que no saben que la abuela escondió parte del dinero fingiendo algunas inversiones ruinosas para guardarlo y poder entregármelo sin declararlo en la herencia. No entienden que incluso viviendo en el extranjero la he visitado más y he tenido más relación con ella que sus hijas y nietas que viven en la misma ciudad.

Rubén tampoco les cae bien. Dicen que no me conviene, que es un fracasado y que además es un gordo bola de sebo. Se equivocan, claro, pero para ellas el no pescar al hijo de algún pez gordo de una asociación patronal o un cachorro del partido es haber errado el matrimonio. A mi me da lo mismo, el título nobiliario era de mi abuelo y no es mi rama de la familia la que lo ha heredado, y por otra parte los títulos no hacen que una persona sea de mejor o peor calidad. Si se pudiera cuantificar numéricamente la excelencia de las familias la de Rubén estaría varios órdenes de magnitud por encima de la mía. Mi marido estaría varios ordenes de magnitud por encima de los de mis primas.

A mi madre no le termina de gustar mi marido, hubiera preferido otro más tradicional o con otras aspiraciones, pero al menos le respeta. Ella me quiere y comprende que yo deseo estar con él, así que su posición es que si él no me hace daño y somos felices juntos ella nos da su apoyo. Creo que incluso le aprecia más de lo que expresa, ya que mi madre no es muy dada a expresar su opinión ni sus sentimientos, pero me consta que piensa, que siente y que además comprende a quienes dedican su vida a adquirir conocimiento en lugar de tener como objetivo último el lucrarse.

La estancia en Valladolid acabó de manera brusca. Fue una situación muy incómoda en la que mi madre se peleó con sus hermanas, creo que a causa de algo que dijeron de Rubén o de mi. Esa discusión acabó con un portazo y Rubén, mi madre y yo volviendo a Madrid en el tren de manera improvisada. Nunca había visto a mi madre perder los papeles y creo que es algo que jamás lo volveré a ver. Desconozco que otras diferencias tiene con sus hermanas, pero parece que no se van a volver a hablar en la vida.

Lamento haber ido a Valladolid con mi madre y mi marido para visitar a la familia. Yo sólo quería compartir tiempo con mi madre. Afortunadamente hemos podido compartir tiempo en Madrid.

Mañana viajaré con Rubén a Zurich, a visitar a Hans y Heidi y además acudiremos a una fiesta de Nochevieja que da Martin. Seguro que lo pasamos bien.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Me ha adoptado una familia

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Querido diario:


He vuelto a olvidarte durante una temporada pero no me lo tengas en cuenta, ya sabes que soy así. Nunca te prometí serte fiel, ni cambiarte por un modelo más nuevo, ni compartir mis gozos contigo, pero sabes que siempre acudo a ti cuando alguna cosa me abruma o atenaza, que afortunadamente no es mucho.

Haciendo un repaso de mi vida reciente aquí estoy, viviendo en Berlín con el hombre junto al que de momento quiero envejecer y que me hubiera gustado que fuera el padre de mis hijos que mi viente no puede engendrar. Tengo veintinueve años y soy joven como para escribir mis memorias, aunque mi vida y mi familia da para una saga de novelas. Antes de asentarme en la capital de Alemania con Rubén, entones mi novio y ahora marido he viajado por varios lugares del mundo buscándome a mi misma, seguramente en una huida hacia adelante renegando de la familia en la que nací. Entonces sabía que había algo en mi familia que me repugnaba.

Era ese aire de superioridad que se respiraba en el ambiente, de que todos los demás eran inferiores, que Dios y la historia nos habían puesto por encima de casi todos los demás. Por parte de madre procedo de una familia con título nobiliario y tierras, aunque los pinares que poseen nunca han valido demasiado. Las distintas disputas por las herencias han ido mermando los recursos e incluso hay algunas muertes en extrañas circunstancias.

Por parte de padre procedo de una familia burguesa de Castilla la Vieja. Se dicen liberales, pero mi padre tiene algunas de sus empresas divididas en otras más pequeñas para beneficiarse de subvenciones por ser PYME, aunque es uno delos mayores empresarios de la región y pincha y corta en varias organizaciones patronales y algún lobby, consigue contratos públicos y en general desvía dinero público a sus cuentas personales gracias a sus contactos en política.

Sus iniciales han aparecido en los documentos manuscritos que cierto contable de un partido político que está en la cárcel ha presentado ante un juez, aunque podrían no corresponder a él, claro, hay otros empresarios españoles afines a ese partido político, así que no podrían no ser suyas.

Estudié traducción e interpretación porque era lo más fácil. De niña estudié en un colegio de monjas en el que me enseñaban francés y la secundaría la estudié cerca de Friburgo, en Suiza, en una escuela bilingüe, de francés y además, aunque también enseñaban inglés. No os recomiendo estudiar fuera y después desear seguir con la enseñanza reglada, porque os ponen muchos problemas, que en mi caso fueron arreglados por Papa con ayuda de Don Dinero.

Perdí un año estudiando empresariales porque mi padre me lo exigió. Aprobé todas las asignaturas. Y me marche a vivir a Lausana, en Suiza. Harta de vivir en Suiza regresé a España  y comencé a estudiar traducción e interpretación, aprobando los tres cursos en dos años y medio. Seguramente partía con ventaja, porque tengo facilidad para los idiomas, hablando inglés, francés y alemán antes de matricularme. Ese año mi padre dejó de hablarme y me marche a vivir por mi cuenta.

Estuve de Erasmus en Colonia durante un semestre compartiendo piso con un estudiante de doctorado llamado Klaus que era mayor que yo y pasaba de mis fiestas alcohólicas y mis noches locas. También hice mis pinitos como modelo y empecé a salir con un futbolista profesional que iba a ser la revelación de la temporada, aunque fue el fiasco del siglo. Ahora parece que empieza a despuntar, después de varios años de calentar banquillo e intentar ganar la relevancia que no ha conseguido en el terreno de juego por otros méritos extradeportivos, y empezó a coquetear con la prensa rosa. Ese fue el momento en el que le mandé a freír espárragos. Protagonizamos un titular en la página diecisiete de un diario deportivo local y la historia no le he encontrado en Internet, por lo que respiro tranquila. 

Al regresar a España seguí con mi vida promiscua y alocada, viajando por el mundo de fiesta en fiesta. Me emparejaba con algún chico para sentir el subidón de adrenalina al ponerle los cuernos y hacía gamberradas sin tener muy claro el por qué.

En uno de esos momentos conocí a Rubén y algo en él me cautivó. Creo que fueron sus modales corteses, su ineptitud para expresarse en público y su mente privilegiada pero si tengo que destacar algo de él es su paciencia, sus grandes manos y su habilidad culinaria. Han sido cuatro años de compartir cosas y me siento culpable de haberlo sacado de su entorno y haberle traído conmigo, aunque él a aprovechado su estancia en Alemania para comenzar con el doctorado. 

Me encanta vivir con él y me gusta estar con su familia. Por eso hace unas tres horas que hemos llegado a la casa de su madre para pasar las Navidades. Ella siempre me ha tratado con respeto y aunque nuestros comienzos fueron un poco tensos nos costó poco adaptarnos la una a la otra, aunque ella me advirtió que tuviera cuidado de no hacer daño a su primogénito.

Mañana será un día maravilloso. Voy a tener una Nochebuena como la de las películas de sobremesa rodeada de gente que me quiere y a la que aprecio más que a mi famila. Puede que no pueda engendrar a mi propia familia, pero ya me ha adoptado una que me gusta más que la mía. No tiene títulos, ni tierras, ni dinero, ni son famosos, pero eso no me importa porque soy feliz.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Valorar lo que se tiene

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Dicen que nunca se valora lo que se tiene hasta que se pierde. Hoy he descubierto que nunca podré concebir un hijo propio. La verdad es que nunca me había planteado en serio la posibilidad de ser madre. Siempre he considerado que es una posibilidad que estaba allí y que una vez llegado el momento decidiría optar por ella... o no.

Ayer no me planteaba ser madre. No lo deseaba, pero durante una revisión médica han detectado algo que me impediría serlo. Podría quedarme preñada, pero con toda seguridad nunca podría salir una criatura viva de mi vientre. Me siento un poco vacía. He llorado un poco, pero ya está. Al fin y al cabo pensándolo fríamente no necesito engendrar vida de mi propio cuerpo para ser madre, ni es obligatorio tener esa posibilidad. En ocasiones las mujeres nos sentimos como si tuviéramos la obligación de mantener nuestro cuerpo sano para poder ser una incubadora hasta que se nos pasa el arroz y no es necesario. Somos suficientes humanos en el mundo y hay montón de cachorros de nuestra especie desprotegidos, deseando que llegue una mujer que desee ejercer la opción de acogerles y tratarles como si hubieran salido de su propio vientre.

Estoy confundida. No puedo tener un hijo propio. No estoy segura de haber querido tenerlo, ni de querer adoptarlo, pero hecho de menos la posibilidad de poder tenerlo, y es una posibilidad que tal vez nunca ha estado ahí. Al menos por todo lo demás estoy sana valoraré eso.

jueves, 26 de septiembre de 2013

De cumpleaños, pleitos, beneficios económicos y grandes proyectos

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La semana pasada fue mi vigésimo noveno cumpleaños. Es un gran momento para mi. Ha sido una gran celebración con amigos. Por lo demás han sucedido varias cosas reseñables.

Por una parte me han notificado que he ganado el pleito que interpusieron mis primos contra mi por la herencia de mi abuela y por otra parte la imprenta por fin tiene saldo en positivo. Ha pasado bastante tiempo e incluso llegué a pensar que este momento no llegaría nunca. Pero por fin ha llegado. Esa empresa que compré por un euro y que tenía una gran deuda ahora está saneada, aunque no creo que gane mucho dinero. El sector editorial tradicional está bastante muerto, aunque la transformación a digital tampoco se ha producido. Al menos seguimos en la ola. Sólo indicar que desde que comencé la aventura he arriesgado mucho dinero y he ganado cuarenta y tres céntimos en total.

Por otra parte estoy dirigiendo la traducción de un videojuego AAA que llegará a las consolas de nueva generación, aunque no puedo adelantar el título por motivos de confidencialidad. Simplemente decir que ya hay algún material de promoción circulando por Internet y es espectacular. No puedo avanzar si estará con el lanzamiento de las máquinas o se retrasará un poco porque todavía quedan muchas cosas por finalizar, aunque todo marcha según la agenda. Me hace mucha ilusión colaborar en tipos de proyecto en los que nunca había participado y más en proyectos de gran envergadura como este.

De momento esto es todo. Muchas gracias por leerme y cualquier cosa que os apetezca preguntar recordad que los comentarios están abiertos.

sábado, 24 de agosto de 2013

Continuando con mi vida

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Querido diario. Sé que te tengo muy abandonado. Tengo muchas cosas que contar, pero la falta de ganas me ha tenido apartada de tus páginas. Continúo viviendo en Berlín y Rubén ha vuelto de las costas de Noruega, aunque se hizo esperar, porque sorprendentemente le ampliaron el contrato dos meses más, ya que una de las exploraciones que planificó él fue exitosa y encontraron un nuevo yacimiento petrolífero que parece bastante abundante, por lo que además le pagaron una bonificación. En cualquier caso ya está de vuelta en casa.

Durante su ausencia he hecho muchas cosas. Por una parte he ido y vuelto varias veces de España para atender mis negocios. He ampliado la imprenta para que sea una empresa de artes gráficas más completa. He contratado a un diseñador gráfico y además ya he recuperado todo el dinero que invertí para pargar las deudas que tenía el negocio cuando lo adquirí. Mi regocijo es tal que he dado una bonificación a los empleados, por los excelentes resultados obtenidos. En realidad el negocio no iba mal antes, sólo necesitaba clientes y una pequeña renovación. Los clientes vinieron cuando les les llamé haciéndoles ofertas interesantes. Es curioso, desde niña había tenido interés en el mundo editorial y ahora que tengo contactos y sé como funciona toda la cadena editorial no me atrae lo más mínimo este mundo de mezquinos intermediarios que maquetan con plantilla y publican con los pies. Vale, también hacen corrección y esas cosas, pero no se nota. Si quieres vender libros necesitas a un editor bueno (léase caro) y punto. El te pone en el escaparate de las librerías. Las imprentas somos sus fulanas baratas, aunque con la cantidad de ellas que han cerrado somos un poco menos baratas y listo.

Por otra parte estuve conspirando para conseguirle a Rubén una plaza de doctorado en una universidad alemana. Me gusto mucho eso de hacer uso de influencias, tirando de los hilos para que unos influencien a otros y conseguir el efecto deseado. Y sí, llamaron a Rubén para una entrevista con el decano de una facultad de ciencias para comenzar en setiembre unos estudios de doctorado. Pero no fue por influencia mía, fue por una solicitud que el mismo presentó, así que invertí tiempo para nada, aunque por otra parte si le hubieran llamado para ofrecerle una plaza (o para hacer unas pruebas de acceso) por mediación mía sin que hubiera sido que por casualidad leyeran su LinkedIn o hubiera presentado él su candidatura se hubiera cabreado por meterme donde no me llaman. Él quiere hacer un doctorado, pero no quiere que le consiga otro la plaza. Quiere que sea porque de verdad su candidatura interesa. Si hubiera querido presentarse a la universidad en la que yo tengo algunos contactos él mismo la hubiera presentado. Al fin y al cabo tiene a mano a una intérprete jurada que le traduce y le sella todos los documentos necesarios.

Con respecto a mi familia las cosas van bien, es decir, no se hablan conmigo, ni interés tengo. Desde que vendí la casa que heredé de la abuela a una famosa estella de cine no me hablan. Por otra parte que las iniciales de mi tío y las de mi padre aparezcan (a veces unas y a veces otras) en unos documentos en los que se recogen supuestos donativos ilegales a un partido tampoco ayuda a que tenga interés en relacionarme con ellos. Ya comenté una vez que no tenía el menor interés en coincidir con mi padre en ningún negocio. Si el compraba acciones de una empresa yo no las compro, nunca. Y al revés. Si el las vende me mantengo alejada de las mismas. No sé como hace sus negocios, pero sé que clase de persona es y no quiero tener nada en común con él, especialmente que tenga que ver con dinero.

Ahora que sale a colación el tema de los negocios de mi padre hay un periodista (o alguien que utiliza su nombre) que se ha puesto en contacto conmigo para preguntarme por el asunto de mi padre y presuntos pagos ilegales, pero como no he podido verificar su identidad no le he dicho nada, aunque si la hubiera podido verificar le hubiera dicho que no estoy al tanto de sus negocios. Y es que es verdad. Estudié la secundaria en el extranjero. A esa edad ya tenía idea o capacidad de saber de quienes eran sus socios, al menos los amigos de la familia que tenían negocios en común con mi padre, pero como estaba fuera no me enteraba de nada. Después me fui a vivir por mi cuenta, por lo que no sé nada al respecto. Algo me llegó de refilón, pero siempre he hecho esfuerzos por mantenerme totalmente al margen y enterarme de cuanto menos mejor.

En materia laboral no me va mal. Estoy dirigiendo un gran proyecto de traducción de un videojuego  triple A que va a ser lanzado próximamente con las consolas de nueva generación, aunque ya la tenemos casi terminada. Cuando finalice este proyecto me tendré que buscar otra ocupación.

Hay más cosas, pero no me apetece escribir más.

¡Hasta luego diario!

martes, 2 de abril de 2013

Mi vida en lo que va de 2013

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Querido diario.o La última entrada no fue un adiós sino un hasta luego. La verdad que te tengo un poco abandonado, aunque ahora que estoy sola tengo más tiempo de escribir y hoy me apetece. Diciembre transcurrió sin incidentes dignos de resaltar, hasta que a falta de pocos días para las navidades me llamaron de la embajada española para un trabajo de urgencia, necesitaban a un intérprete para una reunión porque el intérprete que tenían contratado estaba enfermo de gastroenteritis. Resulta que yo era la intérprete jurado más cercana y pude hacerles el favor, y cuando digo favor me refiero a no cobrarles una barbaridad como hacen algunos colegas. A fin de cuentas el trabajo que me viene de las instituciones es menos de una décima parte del total, y pagan por lo general mal y tarde, por lo que normalmente les hinchamos un poco la factura, ya que de esta manera compensamos los retrasos. En este caso pagaron puntuales. Además hice buenas migas con algunas personas de la embajada y de hecho nos invitaron a Rubén y a mi a una cena de navidad. No era ningún acto oficial, sólo una cena de algunos empleados de la embajada que no volvían a España por navidad. El día 26 de Diciembre apareció por sorpresa mi madre en casa y además venía acompañada de la madre de Rubén y venían con la intención de pasar unos días con nosotros. Fueron unos días estupendos. Enero fue un mes de poco trabajo, pero lo positivo del mes es que por fin se publicó en España el resto de la colección de esos cuentos infantiles en cuya traducción colaboré. Febrero ha sido un buen mes. El trabajo ha aumentado bastante en la imprenta, por lo que he necesitado contratar otro trabajador. La totalidad de las deudas está pagada y estoy recuperando mi inversión antes de lo previsto. Hay un excedente monetario en la cuenta de la empresa para imprevistos, por lo que de momento marcha bien. Ya son siete empleados. De momento la empresa no crecerá más. Hay que ver como evoluciona la situación y si a este último empleado le puedo hacer indefinido o sólo es un aumento de trabajo estacional. Por otra parte en febrero le salió un trabajo a Rubén en una plataforma de extracción de petróleo frente a las costas de Noruega. Es un trabajo de tres meses, por lo que volverá pronto, pero al menos está relacionado con la geofísica, que ya es algo, porque no se trata del dinero, se trata de la realización como ser humano. Entiendo que es muy frustrarte haberse dejado la piel para estudiar una carrera y que no haya ninguna plaza para trabajar en lo que has estudiado y las plazas que existen están acaparadas por amigotes de los prebostes de la universidad. Le hecho de menos pero deseo que se sienta realizado y además es para poco tiempo. Nunca se sabe si podrá renovar o será lo que le dé más oportunidades en el futuro. Así que ahora que estoy sola aprovecho para viajar más. ya he vistitado cuarenta y tres países distintos. De momento esto es todo por hoy diario. Pronto más cosas.

lunes, 19 de noviembre de 2012

El fin

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Querido diario. Hace mucho que mi bolígrafo no garabatea mis memoria y vivencias en tus páginas. Es mi culpa, ya no tengo ganas de plasmar esbozos de mi vida cotidiana en tus páginas. Soy otra persona distinta a la que empezó a escribir este diario. He vuelto a recorrer todas las páginas y no me identifico con ellas. Cuando todo esto comenzó la vida no era más que una sucesión de travesuras, fiestas y juergas. Era una niña mimada pero rebelde, en cierto modo malcriada que no se conformaba con un no como respuesta y que si no tenía más remedio pataleaba hasta conseguir lo que quería. Ahora soy una mujer de negocios. Dirijo una pequeña imprenta que acepta trabajos pequeños y algunos no tan pequeños. He conseguido salvar esa pequeña imprenta de la ruina, pagando su deuda de mi bolsillo y pagando a todos los trabajadores el sueldo que su patrón les adeudaba. He conseguido que el negocio sea rentable de por si, aunque no me daría para vivir porque la verdad es que apenas gano dinero con él, pero si que da de comer a cinco familias, las cuatro de los trabajadores que estaban en plantilla y la de un quinto que había sido despedido poco antes de mi llegada allí. De hecho el negocio ya era rentable antes de mi llegada, si no fuera porque el propietario escamoteaba dinero para no tener que pagar Seguridad Social y quedárselo él. No es una gran empresa, pero es la mía. No la he levantado desde cero, eso lo hicieron en su momento otras personas. Los trabajadores que estaban trabajando durante mi llegada son muy capaces y conocen el oficio mejor que yo. Sólo necesitaban que alguien trajera nuevos trabajos y eso es lo que he aportado, algunos clientes importantes que nos dieran el voto de confianza, y un poco de dinero para salir del bache en el que el gestor anterior les había metido, nada más. Por otra parte mi vida familiar se ha vuelto turbulenta, mi padre, el gran hombre de negocios se ha visto envuelto en asuntos turbios. Milagrosamente su nombre no ha salido en la prensa, pero hay personas a quienes conozco desde niña como amigos de la familia o colegas de negocios de padre cuyo nombre si ha sido mencionado en algunos medios, y algunos que no han salido mencionados en la prensa si han salido mencionados en los juzgados. Al final todo esto será público. A fin de cuentas no hay tantos peces gordos en el mundo de los negocios y casi todos se conocen. Los nombres suenan, y al final de tanto oírse en los pasillos terminan escuchándose en los juzgados. Este tipo de asuntos ha hecho que mi padre no se deje ver en público en ningún tipo de actos, excepto comer en algún restaurante cercano a su despacho con algún subordinado, pero no con hombres de negocios. No acude a ningún tipo de acto, ni siquiera a mi boda. Si, como habéis leído en la frase anterior me he casado. Mi padre no acudió al enlace, que por otra parte decidí celebrar en privado y por lo civil. Sólo algunos familiares directos y amigos cercanos (incluso aunque esos amigos cercanos vivan en otro país). Una de las últimas discusiones con mi padre fue acerca de que la boda se hiciera por lo civil. Es mi boda y yo decido como casarme, que sea castellana no quiere decir que tenga que ser católica. El afortunado es Rubén, como no podía ser de otra manera. Con respecto a él encontró trabajo en un laboratorio de simulación geofísica, pero a los dos meses cerraron el laboratorio por los recortes. Por lo visto investigar acerca de terremotos no es importante y por lo visto no hace falta un físico en ninguna parte, ni siquiera para dar clases, a ningún nivel, ni para medir campos magnéticos de nada, ni certificar ninguna instalación de nada, ni para reponer en el Carrefour, por lo que es difícil que alcance la felicidad plena, pues ha estudiado una carrera que no sirve para absolutamente nada y cuando parecía que iba a servir de algo le dejan sin esperanza. Aún así es bastante feliz, obviando ese aspecto, por supuesto. Hemos viajado juntos a trentaycuatro países y de momento nos vamos a quedar a vivir una temporada en Berlín, porque nos ha gustado mucho la ciudad. Puede que esta sea la último bosquejo que dejo en este diario. No sé si es un adios o un hasta luego.

miércoles, 1 de febrero de 2012

No pienso avergonzarme por ser rica

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Recientemente he sido testigo de algunas situaciones muy desagradables. Parece ser que en este país si tienes un trabajo eres el enemigo a abatir, el cerdo traidor que ha cometido un acto horrible de traición, un sucio desertor que se ha vendido al cambio de un salario que le regalan. Es cierto que la situación laboral es muy complicada, pero cuando alguien se queda de que le han empeñados sus condiciones no es necesario que os tienes a su yugular. Los profesores tienen que hacer más horas, el personal sanitario también tiene que trabajar más horas, muchos funcionarios tienen que trabajar más horas... y todo eso se ha decidido de forma unilateral, sin ofrecerles nada a cambio. Esto no debería ser así. Mi novio no debería trabajar en una consultora, en la que no se cumple el convenio, pero es así en todas y no hay más alternativa. "Esto es lo que hay", "Si no te gusta ya sabes donde está la puerta", "es esto o la cola del paro"... son cosas que oye a diario. Todo porque han renovado con el cliente, una gran multinacional, por la mitad del precio. Así que no creo que deba avergonzarme por ser rica, o por tener trabajo. Los dos primeros millones se estos sí que me los regalaron, bueno, en realidad fueron una herencia porque mi familia es rica. Con respecto a los otros seis restantes uno es beneficio de mi trabajo y los otros cinco son producto de la especulación. Y lo digo sin pelos en la lengua. ¿Por qué? Porque si pudieras hubieras hecho lo mismo y lo sabéis. Cansada he estado de ver como la gente intentaba vender su piso viejo para comprarse uno nuevo y además intenta ganar dinero en la misma operación. Ahora os fastidiais. Simple y claro. Mo haber ido a votar en masa a quien ha permitido que los ricos paguen menos impuestos y puedan ser cada vez más ricos porque pueden especular sin apenas control. Además, ya nací en una familia rica. Avergonzarse de eso es como avergonzarse de ser blanco o negro por haber nacido en una familia blanca o negra. De mientras que se avergüenzan otros que desean el mal a aquellos que todavía tienen algo. Es como si en un edificio han violado a todas las mujeres excepto a una y las demás víctimas en lugar de aceptar la ayuda de la única que no lo ha sido y que ni le va ni le viene porque parece que el violador ha dejado de actuar exigen que ella también sea violada porque es lo justo. Pensadlo.

jueves, 1 de diciembre de 2011

¿La puerta número uno, la puerta número dos, o la puerta número tres? Mejor apagar la televisión

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Durante las elecciones estaba fuera de España. Tranquilo, que sin votar no me he quedado, porque como viajo tanto he sido previsora y solicité mi voto por correo. ¿A quén he votado? Eso no te lo voy a contar ni a ti, querido diario. Por una parte tenía la opinión dividida. Sé que quienes estaban en el gobierno no se merecen gobernar, por otra parte son los mismos que han permitido que mi patrimonio se duplique en menos de dos años, que son los partidos A y B.

A y B tienen una base de votantes bastante grande, y luego un número de votantes que vota a A si A está en el gobierno y cree que la situación es buena y a B si cree que la situación es mala y son quienes en cada comicio dan las elecciones alternativamente a A o a B, sin ser más críticos que eso. Por lo menos no son siempre los que votan a A o a B siempre al mismo. Se consideran inteligentes por cambiar su voto. Consideran que su voto es útil, cuando si se examina la situación siempre es cosa de la acción conjunta de A y B. Por eso he probado a cambiar y no he votado a A y tampoco he votado a B. Hay muchos que no se han sumado al cambio, pero aunque B ha ganado con mayoría absoluta lo ha hecho con menos votos con los que gobernó A por mayoría simple. Sospecho que eso es causa de que la gente está cabreada con A, pero algunos de esos que han retirado su voto a A no han votado a B y por lo menos es el comienzo de algo.

Ahora si el presentador me pregunta si prefiero lo que hay detrás de la puerta número uno, de la puerta número  tres prefiero elegir la puerta del estudio y marcharme a otro lugar. Porque en la vida existen más opciones que elegir A o B, especialmente cuando sabes que te vas a encontrar detrás de la puerta. Te puedes equivocar, pero será un error del que se aprende algo.